Bután, el reino desconocido
Enrique Quirós descubre con sus fotografías los secretos de un país con tradiciones ancestrales
Oviedo, L. GAZTAÑAGA
El reino de Bután, situado entre China e India, se encuentra enclavado en la cordillera del Himalaya. Hasta los años setenta este país se mantuvo «cerrado a cal y canto» a los turistas extranjeros. Posteriormente, sus puertas se han abierto «a cuentagotas» para saciar la curiosidad de personas que anhelan conocer esta nación del sur de Asia. Tal fue el caso de la Asociación de Viajeros del Mundo (Avimun), que durante el pasado año realizó una expedición al desconocido reino, plasmando en imágenes los encumbrados paisajes y la cultura de los habitantes de esta región del Himalaya. Así lo explicó Enrique Quirós, miembro de dicha asociación, en la exposición de diapositivas sobre Bután que tuvo lugar el miércoles en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.
En las imágenes se pudieron observar rasgos culturales de una sociedad que mantiene «un alto respeto» por las tradiciones ancestrales, y que en su mayoría están fuertemente relacionadas con el budismo, la religión mayoritaria.
Los trajes regionales, monasterios como el del «Nido del tigre» y paisajes de montaña fueron captados por la cámara -todavía analógica- de Enrique Quirós. También fueron fotografiados mercados, plazas, oficios y la comida de Bután, en la que los chiles rojos picantes son parte esencial de la dieta de la población.
En la exposición Enrique Quirós destacó la decoración externa de las casas, en donde se pintan símbolos fálicos como elementos de protección, una creencia instaurada por el monje budista Drupka Kinley en el siglo XV, llamado también «el loco divino», conocido por sus enseñanzas poco convencionales.
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