El Propósito de la Vida
por S.S. XIV Dalai Lama Tenzin Gyatso
Amigos y enemigos
¿Y quién crea las oportunidades? Por supuesto no son nuestros amigos sino nuestros enemigos. Ellos son quienes más problemas nos dan. Por eso, si realmente queremos aprender, debemos considerar a nuestros enemigos como nuestros mejores maestros.
Para quienes apreciamos la compasión y el amor, es esencial la práctica de la tolerancia y, para poder practicar la tolerancia, tenemos que contar con nuestros enemigos. En este sentido, debemos sentir gratitud hacia ellos, ya que son los que más contribuyen a que obtengamos la paz mental. Con frecuencia, tanto en la vida pública como en la privada, cuando las circunstancias cambian, los enemigos se convierten en amigos.
La ira y el odio siempre son dañinos y a no ser que entrenemos nuestra mente y trabajemos duro para reducir su influencia negativa, seguirán molestándonos y haciendo difícil que obtengamos la paz mental. La ira y el odio son nuestros reales enemigos. Esas son las fuerzas que necesitamos confrontar y derrotar, no los «enemigos» temporales que intermitentemente aparecen en nuestra vida.
Por supuesto, es natural y correcto que deseemos tener amigos. A menudo afirmo, en broma, que si queremos ser egoístas, tenemos que ser muy altruistas. Para lograr tener muchos amigos, es necesario preocuparnos por los otros, por su bienestar, ayudarlos, servirles, conseguir más sonrisas. ¿El resultado? ¡Cuando necesitamos ayuda, encontramos miles de personas que quieren ayudarnos! Si, de otro lado, somos negligentes en relación con la felicidad de los demás, en el largo plazo resultaremos derrotados. ¿Es la amistad el resultado de las batallas y las peleas, de la ira, de la envidia y de la competitividad? No creo. Sólo el afecto nos trae amigos genuinos.
En la sociedad materialista de hoy, si tenemos poder y dinero, aparentemente tenemos muchos amigos. Sin embargo, no son amigos de nosotros. Son amigos del dinero y el poder. Cuando perdemos la fortuna y la influencia, nos resulta muy difícil seguirle la pista a estas personas.
El problema reside en que cuando las cosas del mundo marchan bien para nosotros, creemos que podemos manejarlo todo y que no necesitamos amigos. Sin embargo, en la medida en que nuestro estatus y nuestra salud declinan, nos damos cuenta de lo equivocados que estábamos. Ese es el momento en nos enteramos de quién es realmente útil y quién es completamente inútil. En ese sentido, con el fin de prepararnos para ese momento, con el fin de hacer amigos genuinos que nos ayuden cuando lo necesitemos, debemos cultivar el altruismo.
Aunque algunas veces la gente se ríe cuando se lo digo, yo siempre quiero tener más amigos. Me encantan las sonrisas. Debido a esto, tengo el problema de saber cómo hacer más amigos y cómo conseguir, en particular, sonrisas genuinas. Hay muchos tipos de sonrisas: sarcásticas, artificiales y diplomáticas. Muchas sonrisas no producen un sentimiento de satisfacción y algunas veces pueden ocasionar sospechas y miedo. Sin embargo, una sonrisa genuina nos da un sentimiento de frescura ya que es una característica especial de los seres humanos. Si este es el tipo de sonrisas que queremos, nosotros mismos debemos crear las condiciones para que se dé.
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